Periódico El Nuevo Día Estilos de vida
01 Noviembre 2010
Ideas que encienden mentes
“Ver
que mis estudiantes triunfan, que superan al maestro. Ésa es la satisfacción
más grande” (El Nuevo Día/ Jorge A. Ramírez Portela)
RUT N.
TELLADO DOMENECH / rtellado@elnuevodia.com
“Mi cabeza
no deja de pensar y de la nada, hablando contigo o viendo la televisión, me
surgen las ideas”, afirma María Lissette Chaluisant García. Esas ideas luego
las convierte en iniciativas que buscan dejar huellas en sus estudiantes de
noveno grado de la Escuela Eugenio María de Hostos, en Las Marías, donde da
clases de español.
Entre sus
más recientes proyectos está “Promoviendo la lectura entre padres e hijos”, en
el que los alumnos y sus progenitores eligen una obra literaria para analizarla
y hacer un informe oral. Aunque Chaluisant admite que al principio los padres
están reacios a cambiar sus rutinas para ir al plantel, los resultados son
gratificantes. “Una madre se emocionó tanto con el trabajo, que hizo una
dramatización en mi salón de la obra que leyó con su hija”, relata la educadora
con 21 años de experiencia.
“Para mí lo
importante es que lleguen a la escuela y hagan el trabajo con sus hijos”,
asegura. “Yo me siento bien emocionada cada vez que uno de esos padres me llama
por teléfono o me ve en la calle y dice: ‘Siga adelante, porque con ese
proyecto descubrí que tengo que estar más tiempo con mi hijo’”.
Otra
iniciativa que le ha generado experiencias gratas es “Promoviendo los valores”,
con el que busca incentivar la solidaridad en sus alumnos al pedirles que
compartan una hora con una persona necesitada.
Motivada
por el trabajo realizado con una paciente de cáncer, una estudiante de
Chaluisant le manifestó que desea ser enfermera. “Esa niña me dice que ha
seguido visitando a la señora todos los días porque sabe que lo que está
haciendo ahora es para ella y para Dios”, recuerda.
“Trabajos
así a ti te llenan”, asegura la marieña de 43 años, quien desde niña demostró
su vocación.
La tercera
de seis hermanos -entre ellos su gemela- cuenta que desde los 12 años se “creía
maestra”. “Me encantaba estar rodeada de mis compañeros y, en las horas libres,
yo les impartía la clase que fuera. Mis vecinos se alejaban de mí porque sabían
que les iba a dar clase”, rememora risueñamente.
Sus
profesoras de español la inspiraron. “Eran unas maestras tan completas que yo
quise ser como ellas”. Recordándolas, sentencia que “ser maestro no es
solamente impartir la enseñanza. Ser maestro es instruir, educar, compartir y
divertirte con ellos porque tienes que llegarle al estudiantado”.
Con esto en
mente ingresó a la Universidad Interamericana, en San Germán, para hacer un
bachillerato en Educación Secundaria en Español. Por falta de transportación,
tuvo que hospedarse. “Yo estaba acostumbrada a dormir en mi cama y a estar con
mi hermana gemela todo el tiempo. Fue fuerte. Me llevaban los domingos a las
ocho de la noche porque yo no dejaba que me llevaran antes. Los miércoles iba
toda la familia a verme. Llevaban hasta al perrito. A veces hasta lloraba para
que me llevaran a casa”, explica sobre su alejamiento del barrio Maravilla Sur,
donde se crió.
Al cabo de
cuatro años hizo su práctica docente en la Escuela José de Diego, en Mayagüez,
con alumnos de duodécimo grado. “Empecé ahí con mi primer embeleco, que fue un
periódico escolar”, dice.
“A los
estudiantes les fascinó. Hasta me hicieron una fiesta de despedida que a mi
nunca se me olvida”, recuerda Chaluisant. “Como era el último día de mi
práctica, yo le iba a hacer una fiesta a mis estudiantes. Pero cuando llegué al
salón a decorar la sorprendida fui yo. Allí estaban la maestra cooperadora con
todos los estudiantes y el salón preparado. Fue bien emocionante”.
“Cuando
esos reconocimientos salen de los estudiantes, sabes que tú les llegaste. Ahí
yo me derrito”, expresa.
Al
siguiente año inició labores en el plantel marieño donde aún trabaja. Allí
comenzó a organizar actividades como parte de la organización estudiantil de
español. También en esa escuela conoció a su esposo Abel René Acevedo, a donde
él llegó hace 15 años como maestro de matemáticas. “Fue amor a primera vista”,
asegura sobre el padre de sus dos hijos. Eso sí, no le perdona que la haya
sacado de Las Marías. “Él es un santo, pero sabe que mi resentimiento siempre
ha sido ése, que me mudé para su pueblo (San Sebastián) y él no se mudó para el
mío”.
Uno de los
mayores retos de Chaluisant le llegó hace cuatro años, cuando el plantel cayó
en el plan de mejoramiento. Entonces, junto a la comunidad escolar creó un
grupo de estudio que ofrecía tutorías y talleres para mejorar el
aprovechamiento. “Tuvimos muchos tropiezos porque los estudiantes estaban bien
negativos”, indica. Al año siguiente lograron salir del plan. Ahora desea
revivir el proyecto, porque el desempeño en las pruebas bajó de nuevo el año
pasado.
Al repasar
su trayectoria se siente afortunada. “Ver que mis estudiantes triunfan, que
superan al maestro. Ésa es la satisfacción más grande”, concluye. “Cada cosa
que tú puedas hacer en pro de la juventud es importante, y más si es por mis
nenes de Las Marías”.
Estilos de vida
END Educador
12 Mayo 2010
1:14 p.m.
La lectura une a padres e hijos en Las
Marías
Proyecto para la clase de Español busca involucrar a los padres en el
quehacer escolar.
Por Winnette
Figueroa Rodríguez / Especial El Nuevo Día Educador
Los
estudiantes de noveno grado de la escuela intermedia Urbana Eugenio María
de Hostos, en Las Marías, participaron junto a sus progenitores en un proyecto
escolar titulado “Promoviendo la Lectura entre Padres e Hijos” como parte de su
clase de español.
Los
alumnos
debían escoger con sus padres algún género literario (novela, cuento u obra de
teatro) con el propósito de realizar una presentación oral frente a sus
compañeros de clase.
María
Chaluisant García, profesora y creadora del proyecto, expresó que la iniciativa
es parte de una serie de proyectos que ha realizado en su clase para
involucrar a los padres en el quehacer escolar y la formación intelectual de
sus hijos. La participación de los padres incrementa el aprovechamiento
académico de los jóvenes y fortalece la unión familiar.
“Quiero
que
los estudiantes pierdan el miedo de hablar ante un grupo y que se expresen
adecuadamente, pues la comunicación oral es bien importante” indicó la
profesora.
Según
la
estudiante Keila Quintana Mercado, “trabajar con mi madre fue bueno. Recordamos
con el cuento ‘El Josco’ situaciones de nuestro pasado y así entendimos mejor
el cuento. Aprendí que es importante pasar tiempo con los padres y
compartir los trabajos de la escuela con ellos porque siempre están ahí para
ayudarte”.
De
igual
forma, Lisandra Mercado Hernández, madre de Keila, señaló que cuando su hija le
informó sobre el proyecto inmediatamente buscó el cuento que más le gusta y ahí
se lo enseñó para que lo leyera y pudiera analizarlo. “La
experiencia fue única porque después de tantos años en la escuela es la primera
vez que se hace este proyecto” agregó.
Por
su
parte, el alumno Jonathan Irizarry Soto participó junto a su madre con la
novela “El color de mis palabras”. “Esto fue una experiencia agradable, nunca
había tenido la oportunidad de trabajar tanto tiempo con mi mamá en un trabajo
escolar. Leímos y analizamos la novela juntos y coordinamos lo que iba a decir
frente al grupo. Aprendí que siempre hay algo que te une a los padres,
por más pequeño que sea, y valores como el amor y amistad” informó el joven.
Igualmente,
la joven Keila Candelario Lugo mencionó: “Fue una experiencia única. Mi
papá y yo tuvimos un intercambio de ideas. Aprendí a compartir con mi papá y a
conocer más la lectura. Me gustó mucho leer y compartir el mensaje del libro,
ahora puedo ver las películas con mi papá y explicárselas. La lectura nos unió
porque a ambos nos gusta leer”.
Del
mismo
modo, Eber Candelario Olivieri, padre de Keila, destacó que compartir
ideas con su hija fue lo mejor. A pesar de la diferencia de gustos fue
conociendo más y ahora hasta se interesa por los temas del libro que leyeron,
“Crepúsculo”. El proyecto abrió paso a la comunicación familiar.
“La
escuela
está cumpliendo con la comunidad y con la vanguardia de la educación, que es lo
más importante. La meta es mejorar el aprovechamiento escolar a
estándares más altos”, enfatizó el director escolar, Alberto Rivera
Nieves.
Actividad de Cabecitas Rapadas y Hospital San Jorg |
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Junto a uno de mis estudiantes... |
Periodico Primera Hora (articulo publicado en el blog de Jorge
Vega Rivera
Mi resuelve Virtual
Familia que lee unida...
domingo, 14 de marzo de 2010
En el corazón de Puerto Rico, se desarrolla un valioso proyecto educativo dirigido
a promover la lectura entre jóvenes y adultos. La profesora de español María L. Chaluisant, de la Escuela Intermedia Eugenio
María de Hostos del pueblo de Las Marías,conoce muy bien el talón de Aquiles de la educación: la familia. Chaluisant entiende
que es en el seno familiar donde se inicia el proceso educativo. Además, es ahí donde también nace el amor por la lectura.
Por eso, con el fin de involucrar a los padres y las madres en el quehacer escolar
y la formación intelectual de sus hijos, esta dedicada maestra creó el proyecto "Promoviendo la lectura entre padres e hijos".
En el programa, cada estudiante selecciona una obra literaria que leerá en el hogar junto a su padre o su madre. Luego, éste
compartirá con sus compañeros un análisis de la obra en el salón de clase. En algunos casos, el entusiasmo de los estudiantes
los ha llevado a realizar dramatizaciones de los textos, que van desde "El lazarillo de Tormes" a "El josco", entre otros
relatos divertidos.
Para sorpresa de muchos, la experiencia ha sido enriquecedora e inolvidable.
Los estudiantes aprenden sin darse cuenta. Además, tienen la oportunidad de compartir con sus familias la lectura de una obra
literaria, así como descubrir aspectos que ayudan a desarrollar la capacidad intelectual de todos por igual. Por otra parte,
el proyecto permite que los miembros de la famila se relacionen de formas insospechadas a lo largo de la lectura intercambiando
impresiones y cultivando la curiosidad por otros temas relacionados.
La participación de la familia en el proceso educativo de sus hijos incrementa
el aprovechamiento académico de éstos y fortalece la unión familiar. Se abre, además, el camino para nuevas aventuras compartidas
que generan una dinámica interacción educativa, dan efervescencia a la autoestima y crean ciudadanos responsables y mejor
informados.
El proyecto de lectura de la profesora Chaluisant ha cautivado el interés
de toda la comunidad escolar. De parte de ella, me atrevo a invitarlos a poner en práctica sus ideas. ¡A
leer se ha dicho!
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