Entérate…
Si tu maestra(o) de Español
fue como la mía, seguramente te hizo memorizar las 19 preposiciones de nuestro
idioma. ¿Te acuerdas de ellas? Esa lista larguísima que empezaba “a”, “ante”,
“bajo”, “cabe”, “con”… y por ahí seguía. Pues hoy quiero informarte que la lista
se hizo aún más larga. La Real Academia Española (RAE) decidió ampliar el
inventario de preposiciones del idioma español y añadir cuatro nuevas:
“durante”, “mediante”, “versus” y “vía”.
Las preposiciones son
palabras invariables que introducen complementos —directo, indirecto o de
régimen preposicional― o grupos oracionales. Originalmente eran 19: “a”,
“ante”, “bajo”, “cabe”, “con”, “contra”, “de”, “desde”,
“en”, “entre”, “hacia”,
“hasta”, “para”, “por”, “según”, “sin”, “so”, “sobre”
y “tras”. Sin embargo, en
la Nueva gramática de la lengua española (2009), publicada por la RAE, se
incluyen cuatro más: “durante”, “mediante”, “versus” y “vía”.
La razón principal para
incluir estas cuatro preposiciones es el nuevo uso que nosotros, los
hispanohablantes, les damos a estas palabras. Por ejemplo, las nuevas
preposiciones “durante” y “mediante” eran los participios de presente de los
verbos “durar” y “mediar”, y concordaban en número con su elemento; es decir,
podían escribirse en singular o plural: “Durantes los días de su matrimonio,
fueron felices”; “Mediantes las musas, que a ellos guiaron, llegaron a su
destino”. No obstante, en la actualidad, las dos palabras han perdido esta
concordancia y se han integrado a la clase de las preposiciones: “Durante los meses
de verano, aumenta la temperatura”; “Le declaré mi amor mediante una carta”,
etc.
En el caso de la preposición
“versus”, pasó algo similar. Esta preposición latina, que significaba “hacia”,
se dejó de usar en el español por algún tiempo. Sin embargo, fue reintroducida
recientemente a través del inglés. Hoy la usamos con el significado de “contra”
en algunos contextos y “frente a” en otros. Por ejemplo: “Cotto versus
(‘contra’) Mayweather: ¿quién ganará la pelea?”; “Existen importantes
divisiones en la sociedad puertorriqueña, incluyendo la clase social, lo urbano
versus (‘frente a’) lo rural, etcétera”.
Por último, la recién
nombrada preposición “vía”, que procede de un sustantivo, ahora la usamos con
el sentido de “pasando por o utilizando el medio que se indica”. Por ejemplo,
“Voló de Texas hasta Australia, vía (‘pasando por’) Londres”; “La distribución
vía (‘utilizando’) Internet es muy segura”. Sobre este último significado, la
Nueva gramática dice que cuando “vía” va seguida de un adjetivo, debe anteponerse
la preposición “por”, como en “un rescate por vía aérea” o “conversará por vía
telefónica”.
Así que el español tiene
ahora 23 preposiciones: “a”, “ante”, “bajo”, “cabe”, “con”, “contra”,
“de”,
“desde”, “durante”, “en”, “entre”, “hacia”, “hasta”,
“mediante”, “para”, “por”,
“según”, “sin”, “so”, “sobre”, “tras”, “versus” y
“vía”. Sí, es una lista
bastante larga para memorizar. Por suerte, nuestros días de escuela ya pasaron
y no tomaremos un examen sobre ellas. Pero es bueno conocer estos cambios, pues
esta información nos puede ser de gran utilidad.
Nombres
de las letras:
A
finales del
año 2010, la Real Academia Española (RAE) publicó la nueva Ortografía de la
lengua española, en la que se exponen los principios y las reglas de la
escritura en español que todo hispanohablante debe conocer. Sin embargo, esta
nueva ortografía se diferencia de las anteriores por su carácter reformador, ya
que incorporó importantes cambios para unificar y consolidar el idioma en
tiempos de constante innovación.
Entre
estos
grandes cambios están la eliminación definitiva de los dígrafos ch y ll del
abecedario (ver columna anterior) y el cambio de los nombres de algunas letras,
específicamente de las letras b, v, w, i, y, r y z.
Empecemos
por
el trío b, v y w. Estas tres letras son las que más nombres tienen. A la b le
dicen be, be larga, be grande y be alta; a la v le llaman uve, ve, ve corta, ve
chica, ve pequeña y ve baja, y a la w, ve doble, doble ve, doble u y doble uve.
Con tantos nombres, ¿a quién no le da una crisis de identidad? Pues, para
nuestra tranquilidad, la RAE resolvió este problema de la siguiente forma: la
letra b será conocida de ahora en adelante como la be; la v, como la uve, y la
w, como la uve doble.
Sobre
los
nombres de la i y la y, la RAE establece que estas ya no se podrán diferenciar
una de la otra por los nombres i latina e i griega, sino que la i se llamará
simplemente i, y la y, ye. Así que olvídese de los gentilicios de las letras
porque ahora estas les pertenecen a todos los hispanohablantes sin importar su
nacionalidad.
“Erre
con
erre, cigarra. Erre con erre, carril”. ¿Se acuerda de este trabalenguas? Pues,
resulta que está correcto. La letra r se llama erre y no ere, como se había
establecido en las ortografías anteriores. Con respecto al dígrafo rr, la RAE
nos dice que le podemos llamar erre doble o doble erre, como usted prefiera.
Finalmente,
la
z ha tenido tradicionalmente dos nombres: zeta y zeda; esta última forma era la
preferida por la doctrina académica. No obstante, la única recomendada hoy es
la forma zeta por ser la más cercana a la etimología y la más usada.
Así
que, ya
sabe, las letras del abecedario tienen nombre propio. Por lo tanto, llámelas
por su nombre correcto —be, uve, uve doble, i, ye, erre y zeta― y así se
evitará muchos malentendidos.
Fuente: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española. (2010). Ortografía de la lengua española. Barcelona: Espasa Libros,
S. L.U.
Cool
escribir mal en la
Red:
Existe
una
modalidad entre algunos adolescentes que escriben mal en las redes a propósito
porque lo consideran interesante entre su grupo de amistades, contó el profesor
de Redacción de la Universidad del Sagrado Corazón Gabriel Paizy.
Sin
embargo,
el experto en ortografía alertó que existen casos en los que los jóvenes no
logran diferenciar la forma en que escriben en las redes sociales versus
el lenguaje formal que deben utilizar en otros ámbitos. “Yo soy profesor de
universidad y hay estudiantes que me entregan trabajos con el lenguaje web”, expuso
Paizy, quien explicó que la jerga que se utiliza en las redes sociales es una
paralela al idioma que usamos en nuestra vida fuera de la Internet.
El
profesor
aclaró que “hay personas que escriben muy bien el español, pero en las redes
sociales, escriben como en las redes sociales. Tienen la capacidad de cambiar
del lenguaje profesional al lenguaje desechable de las redes sociales”.
Sobre
esta
dinámica, Lourdes Lugo-Ortiz, profesora de la Universidad de Puerto Rico,
sostuvo que los usuarios deben manejar los diversos códigos comunicativos en
las múltiples plataformas digitales que utilizan. “Es decir, que sean
‘multilingües’, que sepan utilizar el código informal que se usa en ciertos
espacios en la plataforma digital y que puedan manejar el lenguaje formal en
otros contextos”, puntualizó.
Alfabeto:
Hace algunos días circuló
por estos lares el rumor de que la Real Academia
Española (RAE) había eliminado la ñ de
nuestro alfabeto. Por suerte, y
para la tranquilidad de muchos, más tarde supimos que todo se había tratado de
una inocente broma. Pero hay algo de cierto en todo este asunto. La RAE sí ha
hecho muchos cambios en lo que respecta a la ortografía del español, empezando
por las letras del abecedario.
¿Cuántas
letras cree que tiene nuestro alfabeto? ¿29? ¿28? Si su respuesta fue 29,
lamento decirle que se equivocó. Los que pensaron que son 28 tampoco acertaron.
La realidad es que nuestro abecedario, víctima de la crisis económica actual,
sufrió una reducción de su personal. La RAE despidió a unas cuantas letras,
específicamente la ch y
la ll .
La
justificación del despido fue que estas dos no son propiamente letras, sino
dígrafos, es decir, la unión de dos letras independientes. Esto quiere decir
que la ch en realidad
está compuesta por las
letras c y h . Lo mismo ocurre con la ll ; son dosl . En otras palabas,
la ch y la ll ya no están en el alfabeto por mentir
en sus resumés: no son una letra, sino dos. Y la RAE, buscando la economía del
inventario de los signos del idioma, eliminó estas dos pseudoletras.
Por
lo
tanto, oficialmente, el alfabeto del español tiene 27 letras, sin la ch ni la ll .
Sin embargo, no tiene nada que
temer, pues podrá seguir llamando a la deliciosa y refrescante fruta redonda y
amarilla china, y a la molesta y a veces copiosa precipitación de agua lluvia.
Solo que cuando deletree estás dos palabras, tendrá que decir ce-hache-i-ene-a
y ele-ele-u-uve-i-a, en vez de che-i-ene-a y elle-u-uve-i-a.
¿Y
la ñ ? Esa está a salvo
y seguirá así
mientras el nombre de nuestra lengua la lleve en su centro, muy cerca de su
corazón