Sustantivo
El sustantivo, también conocido como nombre es una categoría gramatical de palabra con el que se denomina a personas, animales, cosas y conceptos e ideas autónomas
y no atribuidas para indicar que son unidades de pensamiento autónomas e independientes, que reciben o ejecutan directamente
la acción del verbo, admitiendo de acompañantes a los artículos o determinantes y a adjetivos que
concuerdan en género y número con ellas.
Clasificación de los sustantivos
1. Sustantivos comunes:
Permiten nombrar a todas las personas, animales o cosas de la misma clase o especie, sin particularizar su significado como:
hombre, caballo, casa.
2. Sustantivos propios: Distinguen a cada individuo
de los demás de una misma clase, especie o género. Se aplican a un solo ser, persona, animal o cosa. Los nombres de las personas y de los países son nombres propios. Los sustantivos propios se escriben siempre con letra
inicial mayúscula.
3. Sustantivos concretos: Son nombres de cosas que pueden percibirse con los sentidos del cuerpo, como por ejemplo
mesa, niño, reloj.
4. Sustantivos abstractos: No se pueden representar como objetos concretos, porque hacen referencia a cualidades, emociones, sentimientos y designan
entidades que no se perciben por los sentidos, sino por la mente, como por ejemplo: el amor, altura, contradicción, bondad, virtud, honradez.
5. Sustantivos individuales: Son sustantivos que en su forma singular, nombran a un solo ser como pluma, árbol, rosa.
Designan a un único ser, pero admiten el morfema del plural para designar a más de uno .
6. Sustantivos colectivos: Son sustantivos que poseyendo una estructura de singular, nombran a un conjunto de número
indeterminado de seres o cosas como: plumaje, bosque, rosaleda, muchedumbre,
gentío, bandada, coro, alameda.
7. Sustantivos gentilicios:
Son los sustantivos que se derivan del lugar de nacimiento (país, región o estado) de personas, animales o cosas, como por
ejemplo: español peruano, sueco,
suizo, panameño, argentino, danés .
8. Sustantivos patronímicos:
Son los sustantivos que se derivan de algún nombre propio. Por ejemplo los apellidos de origen español se formaron originariamente
a partir del nombre de pila. Normalmente acaban en -ez. Se da el nombre de patronímicos a todos los apellidos. Por ejemplo de Gonzalo – González, de Fernando – Fernández
Artículo
Es un modificador directo del sustantivo. Siempre antecede o puede
anteceder al sustantivo. Tiene formas diferentes para género y número. El artículo tiene cuatro clasificaciones:
Determinados: el, los, la, las
(La cocinera llegó con los platos preparados.)
Indeterminados: un, unos, una, unas
(Unos jóvenes no vinieron.)
Neutro: lo (lo bueno, lo malo…)
Contracciones: al, del (Vino del cine.)
Adverbio
Parte de
la oración que sirve para modificar, precisar, matizar o ampliar el significado de un verbo, de un adjetivo o de otro adverbio. Los
adverbios no tienen unidad morfológica; por lo tanto, los hay con formas simples:
hoy, mañana y con formas compuestas:
anteayer. Según la gramática tradicional, el adverbio es un modificador del verbo, de un adjetivo o
de otro adverbio. Juan estudia bastante (bastante
modifica al verbo). Él es bastante torpe (modifica al adjetivo). Lo hizo bastante bien (bastante modifica al adverbio bien).
Los adverbios se pueden clasificar en varios grupos:
Adverbio de tiempo: luego, ahora, antes, después, ayer, hoy, mañana, entonces, tarde, etc…
Adverbio de lugar: cerca, lejos, aquí, allí,
arriba, abajo, fuera, alrededor, allá, ahí. Adverbio
de modo: Bien, mal, así, despacio, deprisa, aprisa, gratis… Y la mayoría de los terminados en -ente: lentamente,
rápidamente, felizmente. Adverbio de cantidad e intensidad:
más, menos, poco, bastante, demasiado, muy, mucho, apenas, casi, medio, algo, nada.
Adverbio de afirmación: sí, también, ciertamente, claro, desde luego, en efecto, asimismo. Adverbio de negación: no, nunca, jamás, tampoco.
Adverbio de duda: acaso, quizás, tal vez,
probablemente.
También
podemos añadir:
Adverbios demostrativos: aquí, entonces, ahora, así, luego, tal, tanto. Adverbios relativos: donde, como, cuanto, cuando. Adverbios interrogativos: cuándo, dónde, cómo, cuánto, qué.
Verbo
Parte de la oración, que funciona como núcleo del
predicado e indica proceso, acción o estado. Presenta formas simples, que constan
de una sola palabra: canto, temía, partiré; formas compuestas constituidas por dos o más palabras y que son los llamados tiempos compuestos: he cantado, hubiera
temido, habrá partido y además perífrasis verbales: tengo que cantar, volvió a temer, voy a partir. Admite las categorías gramaticales de tiempo, modo y voz, además
de las de persona, que comparte con los pronombres personales y posesivos, y la
de número que se da también en el sustantivo y el adjetivo. Carece de género,
excepto el participio.
El número del verbo pueden ir en singular: Yo hablo o en plural: nosotros hablamos.
La persona del verbo varía, de acuerdo con las personas gramaticales
que el sujeto presenta. Las personas son: primera, segunda y tercera, en singular: yo amo, tú amas, él ama, o plural nosotros amamos,
vosotros amáis, ellos aman.
El modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación
verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. La gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, e
imperativo. El indicativo, expresa la significación del verbo como un hecho real (El cielo estaba celeste). El Subjuntivo, expresa duda, deseo, exhortación. (Ojala lo hagas). El imperativo, expresa mandato u orden. (Ven tú).
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del
tiempo natural o real del hablante. Los tiempos verbales son: Tiempos del presente: presente: amo, temo, parto; pretérito perfecto: he amado, he
temido, he partido. Tiempos de pasado: pretérito: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito perfecto simple: amé,
temí, partí; condicional simple: amaría, temería, partiría; pretérito pluscuamperfecto: había amado,
había temido, había partido; pretérito anterior o copretérito: hube amado, hube temido, hube partido;
condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría partido. Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado, habré temido, habré
partido.
La voz es la categoría gramatical que indica si el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay
dos voces, activa
y pasiva. La voz activa indica que el sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el verbo, acción que se ejerce sobre
un objeto: Pedro compró una casa.
En la voz pasiva, el sujeto no realiza la acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide con el objeto.
El agente puede estar especificado o no: La casa fue comprada por Pedro.
Verbos
regulares e irregulares
Los verbos regulares son los verbos que en las distintas formas que pueden adoptar en su conjugación se ajustan siempre
a las formas del verbo que se toma como modelo en la conjugación a la que pertenece. Saltar,
partir, amar.
Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los modelos clásicos de la conjugación, ya que presentan alteraciones
en la raíz o en el lexema: cuelo de colar, debía ser coló;
en el morfema o terminación: anduve, de andar, debería ser ande.
Las irregularidades de las formas verbales están motivadas por transformaciones
fonéticas que han sufrido estas formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado a soluciones múltiples, por
lo que no es fácil agrupar las irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a reglas fijas. Se clasifican en verbos
irregulares totales y verbos irregulares parciales.
Los verbos irregulares totales son los que cambian totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos ir:
yo voy, tú ibas, él fue, y ser: nosotros somos, vosotros erais, ellos fueron. Los verbos irregulares parciales
son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas que presentan en su conjugación, son todos los verbos irregulares
excepto ser e ir: anduvo, piensas, tuvo, tendríamos.
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